jueves, 24 de diciembre de 2009

Rosenberg


Diciembre me ha hecho notar que en las noches en las que me duermo tras haber ingerido alcohol (5 de las últimas 6 noches), los recuerdos de lo soñado tienden a ser nulos, pero la última noche solo tome un refresco cola (que no es auspiciaste del blog y por eso no lo nombro), y todo volvió a la normalidad:

Necesito cambiar dolares, haber venido a una agencia de cobros (que tampoco es auspiciante) es algo totalmente coherente. Con mis dolares en la mano salgo a la calle, mas precisamente General Flores, y me adentro en un negocio cercano: una juguetería. La decoración es un tanto minimalista, en las repisas apenas se ven juguetes, debe ser por la proximidad de la Navidad. En un salón apartado, pero dentro de la jugetería, me encuentro con Joel Rosenberg en actitud sospechosa, se está guardando, entre la ropa, juguetes hechos de madera.

-¡Joel!- Grito al darme cuenta -¡Sos cleptómano!
-No.- Responde tajantemente -Solo lo hago con juguetes y agua oxigenada.
-Ah...- Por alguna razón la respuesta me parece coherente.

Decido acompañar a Joel (o el decide acompañarme a mi, eso no lo tengo claro). Tomamos General Flores rumbo al Palacio Legislativo y en una cebra vemos dos hombres tirados sobre sus espaldas, están en medio de algún tipo de manifestación artística, pero no nos detenemos, seguimos nuestro rumbo. Al llegar al Palacio noto que está rodeado por un inmenso parque con frondosa vegetación e incluso cursos de agua, una imagen como esa solo puede ser descrita de la forma que se merece en un relato griego. Se nos acerca alguien que parece ser amigo de Joel, el primero invita a éste último a que lo persiga e inmediatamente sale corriendo a una impresionante velocidad. Pero Joel no se queda atrás, reacciona al instante y se lanza al acecho; la situación me resulta lo suficientemente curiosa como para querer saber de que se trata todo eso, así que también me lanzo a correr sorprendiéndome a mi mismo por la velocidad que alcanzo, soy tan rápido como ellos. En un barranco Joel le da captura al, para mi, desconocido y los dos ruedan de forma espectacular hasta quedar tendidos en el pasto. Sin aparente dolor ambos se ponen de pie y comienza una batalla de golpes y espectaculares movimientos, el ritmo y vigor del enfrentamiento hace que la lucha se desplace hacia las puertas del Palacio Legislativo y ahora ambos visten armaduras doradas, el extraño porta la del signo de Aries, la de Joel no logro reconocerla. Yo intento separarlos con la ayuda de mi armadura plateada, pero es inútil, paso desapercibido y resulto muy golpeado, mi barra de energía (de esas que aparecen en los juegos de lucha) casi se agota, apenas se ve el color rojo que esta llegando al final así que tengo solo una oportunidad, concentro toda mi energía y les lanzo un ataque incandescente que logra detenerlos.

... Al parecer el alcohol aún está haciendo efecto en mis sueños, pues solo hasta ahí recuerdo.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

FBI


El FBI no es fácil de evadir, aunque en mi ingenuidad creo que si. Ni si quiera se porque me persiguen realmente, pero no voy parar a preguntarle a la jefa de la operación: "Señora: ¿sería tan amable de decirme porque me persiguen y me apuntan con esas miras láser tan insistentemente?" O sea, el sueño ya estaba empezado cuando lo enganché, así que seguramente algo hice, y no es momento de averiguarlo, simplemente me voy a dedicar a seguir a mis otros compañeros de la mafia... ¡Ahí está! ¡Somos la mafia! ¡Por eso nos persiguen!... bueno, una incógnita menos, ahora a seguir corriendo. ¿Pero qué hacen? Nos estamos escondiendo en un galpón del puerto, esto no es muy inteligente, si la señora del FBI (que por cierto, sus 30 y pocos años, sus curvas pronunciadas y su uniforme negro ajustado al cuerpo la hacen ver muy bien) vio alguna vez en su vida una película de mafiosos, sabe perfectamente que nos esconderemos en un galpón del puerto. El galpón está lleno de cajas, en el medio hay un camión militar detenido; sobre la pared del fondo, que en realidad son enormes compuertas, hay dos lanchas estacionadas en una especie de pequeño muelle interno que se comunica hacia el mar a través de esa gran abertura que ahora está completamente cerrada. Ya es tarde para pensar en esconderse en otro lugar, estoy atrás de la rueda del camión, y puedo ver como en la otra punta del galpón le dan captura a un compañero que intentaba esconderse en una lancha, es cuestión de segundos para que... miro hacia arriba y ella está ahí, con su mirada fija sobre mi, apuntando e indicándome que ponga mis manos atrás. Si esto fuera GTA hubiera aparecido un gran cartel de BUSTED.

No se como salí de la cárcel, pero necesito empezar una nueva vida, ya tengo mi destino fijado: me voy al sur de Egipto. Antes de partir noto que mi perra es capaz de cambiar el color de su pelo para camuflarse, me parece algo curioso pero no es gran cosa; me voy.

La arquitectura del sur de Egipto se parece demasiado a la de la China imperial, si no fuera por detalles escasos, como algunos obeliscos, pirámides y esfinges de poco tamaño, creería que estoy en China. Bajo una montaña por un sinuoso camino, también desciende un violento curso de agua con mayor o igual sinuosidad pero en ningún momento se interpone en el recorrido, lejos de entorpecer el paso, hace mas agradable el descenso. Me acompañan mi madre y una prima, vamos apreciando el paisaje y viendo afiches turísticos colocados al costado del camino a medida que bajamos.

Estoy yendo a trabajar, alcanzo a ver mi lugar de trabajo aunque todavía no estoy cerca, es una especie de liceo. Al llegar me despido de mis acompañantes, cruzo las puertas automáticas de vidrio y saludo a la recepcionista, tomo el primer pasillo a la izquierda, saludo a todos con quien me cruzo, sigo hasta el final y doblo a la derecha. Me adentro en la segunda puerta sobre el lado izquierdo, la clase ya empezó, llegué tarde. En la tele que está al lado del pizarrón ya está rodando una documental de vaya uno a saber que acontecimiento histórico. Me apuro a tomar asiento y a disculparme por la llegada tarde. Al mirar a mi alrededor todos son viejos compañeros de clase o de antiguos trabajos, estoy teniendo una clase de historia con mi pasado, cuanta ironía, y eso que pensaba que estaba yendo a trabajar...

domingo, 13 de diciembre de 2009

Laberinto


Es uno de esos sueños donde el subconsciente, vago, no plasmó con demasiada fuerza las imágenes como para recordar el sueño en su completitud. A veces con recordar imágenes uno fácilmente logra establecer un hilo que las conecte, pero no es el caso, los recuerdos parecen inconexos esta vez.

La primer visión es de una estructura metálica que rodea un lugar que parece ser el velódromo, yo estoy en esa estructura y al mirar al centro del lugar me doy cuenta del propósito de la misma: Son gradas que miran hacia el escenario que se irgue justo en el medio, curiosamente el escenario está demasiado alejado. Lentamente se empieza a llenar de gente y recorro las gradas hasta encontrar el lugar perfecto para ver el festival, al menos eso parece ser lo que tendrá lugar ahí. En el lugar que me parece adecuado me esperan Cynthia y Rossana, ambas de buen humor hasta que los irrespetuosos de siempre se sientan frente a nosotros tapándonos parcialmente la visión del ya de por sí lejano escenario. Como si eso fuera poco, los limones que ruedan por el piso empiezan a ser molestos, hasta ese momento no los había notado de hecho.

La escena cambia drásticamente, ahora estoy en algún lugar de África, mas precisamente en la puerta de una mina (y con mina me refiero a uno de esos lugares de donde se extraen minerales y no de un humano del género femenino). Corro hacia ella y me adentro con rapidez, al mirar hacia atrás el motivo de mi urgencia es claro: zombies, miles de zombies. Una vez adentro el correr se hace menos necesario, de hecho no se hacia donde corro, lo que en un principio era una mina ahora se estaba convirtiendo a cada paso que daba en un templo digno de haber sido recorrido por Lara Croft. Luces tenues, paredes de mármol negro, figuras geométricas de granito, piscinas internas que se pierden detrás de las paredes y que, de haber tenido la valentía de sumergirme y nadar en una de ellas, posiblemente me hubieran conectado con otras habitaciones. En la parte mas lujosa del templo, donde al mármol de las paredes lo acompañan detalles en oro, me encuentro con dos o tres personas, se me hace difícil recordar realmente. No confío en ellos, pero se que por algún motivo serán de ayuda. Me dicen que no mate a una araña que entró en la habitación por una rendija, que será útil para salir de ahí, lamentablemente soy aracnofóbico y mi reacción es tirarla a una de las piscinas. Por suerte (o no), rescatan a la araña.

Parece que sigo en el laberinto, pero lejos de ser una mina o un templo ahora luce como una base del Imperio de Star Wars. Paredes llenas de cables y luces, puertas mecánicas que hacen ruido y liberan humo al abrirse. El pasillo es largo y curvo, tengo que encontrar la puerta que me saca de ahí.

Estoy en la terminal de ómnibus del Cerro, necesito irme de ahí con tanta urgencia que cualquier ómnibus parece servirme, no importa el destino, lo que importa es no estar ahí, algo malo va a pasar.

La luz del día, el calor y la cumbia del vecino forman un combo lo suficientemente molesto como para que despierte, me despierto.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Diseñadores


Se ve que el tema de como decorar la casa nueva preocupa particularmente a mi subconsciente, que me presentó dos diseñadores, un hombre y una mujer, para decorar la casa que tengo cuando duermo (en este caso se parecía bastante a la casa que habito mientras estoy despierto, pero a diferencia de ésta, la casa que tengo cuando duermo cambia cada vez que la visito)

Ella es Janis Joplin... bueno, en realidad no, pero nunca me dijo su nombre, o quizás me lo dijo antes de que comience el sueño, en el momento de contratarla; el hecho es que es muy parecida a la cantante de los eternos 27, así que digamos que es ella. No tiene muy buen gusto para ser diseñadora la verdad, en la pared del living colgó una especie de cara azul al mejor estilo Isla de Pascua, bastante feita. Afuera, a un costado de la casa, colocó un sillón multicolor frente a un cartel psicodélico en el cual se puede leer "I love you", rodeado de otros objetos extraños y multicolores también. En las paredes exteriores pintó dibujos infantiles, por lo cual le tengo que llamar la atención, hasta la cara azul le toleré, pero estos dibujos son feos enserio, parecen postales de Aldeas Infantiles. La verdad es que ella parece mas interesada en hablar con su pretendiente por celular que en la decoración, cosa que me molesta.

Él (el diseñador, no el pretendiente de Janis) es buena onda, tiene a cargo mi cuarto, todo lo que hizo fue colgar telas desde el techo, bastante pobre el trabajo, pero por alguna razón a mi yo del sueño le gusta. Él si me dijo su nombre, pero ahora no lo recuerdo, de hecho sugiere que podríamos salir a tomar unas cervezas por ahí, pero hasta ahí llegó todo, porque mi padre irrumpe en el cuarto (el cuarto de la casa que habito mientras estoy despierto), necesita plata y le pareció oportuno cortar mi sueño para pedírmela. Espero que mis padres se independicen pronto así puedo terminar de soñar tranquilo.