domingo, 13 de diciembre de 2009

Laberinto


Es uno de esos sueños donde el subconsciente, vago, no plasmó con demasiada fuerza las imágenes como para recordar el sueño en su completitud. A veces con recordar imágenes uno fácilmente logra establecer un hilo que las conecte, pero no es el caso, los recuerdos parecen inconexos esta vez.

La primer visión es de una estructura metálica que rodea un lugar que parece ser el velódromo, yo estoy en esa estructura y al mirar al centro del lugar me doy cuenta del propósito de la misma: Son gradas que miran hacia el escenario que se irgue justo en el medio, curiosamente el escenario está demasiado alejado. Lentamente se empieza a llenar de gente y recorro las gradas hasta encontrar el lugar perfecto para ver el festival, al menos eso parece ser lo que tendrá lugar ahí. En el lugar que me parece adecuado me esperan Cynthia y Rossana, ambas de buen humor hasta que los irrespetuosos de siempre se sientan frente a nosotros tapándonos parcialmente la visión del ya de por sí lejano escenario. Como si eso fuera poco, los limones que ruedan por el piso empiezan a ser molestos, hasta ese momento no los había notado de hecho.

La escena cambia drásticamente, ahora estoy en algún lugar de África, mas precisamente en la puerta de una mina (y con mina me refiero a uno de esos lugares de donde se extraen minerales y no de un humano del género femenino). Corro hacia ella y me adentro con rapidez, al mirar hacia atrás el motivo de mi urgencia es claro: zombies, miles de zombies. Una vez adentro el correr se hace menos necesario, de hecho no se hacia donde corro, lo que en un principio era una mina ahora se estaba convirtiendo a cada paso que daba en un templo digno de haber sido recorrido por Lara Croft. Luces tenues, paredes de mármol negro, figuras geométricas de granito, piscinas internas que se pierden detrás de las paredes y que, de haber tenido la valentía de sumergirme y nadar en una de ellas, posiblemente me hubieran conectado con otras habitaciones. En la parte mas lujosa del templo, donde al mármol de las paredes lo acompañan detalles en oro, me encuentro con dos o tres personas, se me hace difícil recordar realmente. No confío en ellos, pero se que por algún motivo serán de ayuda. Me dicen que no mate a una araña que entró en la habitación por una rendija, que será útil para salir de ahí, lamentablemente soy aracnofóbico y mi reacción es tirarla a una de las piscinas. Por suerte (o no), rescatan a la araña.

Parece que sigo en el laberinto, pero lejos de ser una mina o un templo ahora luce como una base del Imperio de Star Wars. Paredes llenas de cables y luces, puertas mecánicas que hacen ruido y liberan humo al abrirse. El pasillo es largo y curvo, tengo que encontrar la puerta que me saca de ahí.

Estoy en la terminal de ómnibus del Cerro, necesito irme de ahí con tanta urgencia que cualquier ómnibus parece servirme, no importa el destino, lo que importa es no estar ahí, algo malo va a pasar.

La luz del día, el calor y la cumbia del vecino forman un combo lo suficientemente molesto como para que despierte, me despierto.

4 comentarios:

  1. La terminal del Cerro fue la parte que me dio más miedo.

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  2. te falto el detalle de que Cyn se ponia de mal humor cuando el tipo se le sentaba adelante, porque es enana.

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  3. jajajaja, sueñun! sobretodo porque estoy yo (?)

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  4. Me gusta la idea del bloc, lástima que me pierdo de interpretar tus episodios oníricos por conocerte, joder. Igual voy a fumar mi pipa y murmurar "Hmmm" cuando los lea.

    Qué hija de puta la Jolie, hasta en sueños aparece.

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