viernes, 15 de enero de 2010

Mojado


Hay sol afuera, pero fue una madrugada de bolichear y el día no se presta del todo para ir a la playa, así que la mejor alternativa aparentemente es dormir.

Parece ser que estoy en Solymar, o algún lugar muy similar, casas de terrenos grandes, un tanto dispersas, calles de tierra con pozos, si no es Solymar pega en el palo. Camino y camino por todo el lugar hasta que doy con un parque de diversiones un tanto antiguo, de aspecto rústico. Los juegos están hechos de hierros y madera, la iluminación es bastante tenue y nada está en funcionamiento. Hay un grupo de personas sentadas frente a la montaña rusa, están compartiendo bebidas y anécdotas, no estoy seguros de quienes son pero el ambiente es agradable así que me sumo a ellos. De entre las inmóviles atracciones del parque aparece una muchacha de aspecto hippie, al parecer esta influenciada por el alcohol o algún tipo de estupefaciente, viene comentando a viva voz cuanto le gusta este lugar: "Ojalá lo hubiese conocido antes" decía. Tengo frío en los pies.

Mis pies no solo están fríos, están mojados... está lloviendo y me dormí con el mosquitero de la carpa cerrado y la parte impermeable abierta, está entrando agua. Cierro la segunda puerta de la carpa (la impermeable) y sigo en lo mío.

Estoy yendo rumbo al trabajo, el parque de diversiones quedó muy atrás. Está vez no entro por la puerta de siempre, entro por un costado de la refinería. Es de noche así que el guardia me alumbra para ver quien soy, con cara de muy pocos amigos me permite pasar, la iluminación es muy mala, peor aún que en el parque. Tengo frío en los pies.

El cerrar la segunda puerta impermeable de la carpa no sirvió de nada, aún entra agua. Salgo bajo la lluvia, me mojo, pero debo cerrar la tercer puerta (o la primera viniendo de afuera), y esto implica desatarla de sus agarres a los costados de la carpa. Después de mojarme bastante lo logro. Una vez dentro de mi habitación de turno me seco con una toalla que agarro del bolso, la misma que utilizo para secar el agua que logró entrar. Me meto adentro del sobre de dormir y sigo en lo mío.

El edificio en el que me encuentro es un tanto viejo, no es Solymar, no es un parque de diversiones, no es mi trabajo, no se que es. El ascensor parece no haber sido utilizado en años, sin embargo es utilizado todo el tiempo. "Yo lo uso para subir toallas y a mi hija" dice un hombre al tiempo que demuestra como pone una toalla en el ascensor y lo deja ir hacia un piso (para mi) indefinido. "¡Correte que baja rápido!" me avisa el mismo hombre al escuchar el ruido del viejo aparato bajando. Al parecer la subida es tranquila, pero la bajada es en caída libre. A pesar de la vertiginosa bajada un hombre desciende del elevador y comunica: "Llegó hasta el piso 10". "¡Bien! ¡Ya no somos pobres!" exclama una mujer al enterarse de la noticia. No logro entender la relación entre el hecho de que el ascensor alcanzase el piso 10 y el ya no ser pobres, pero no importa, lo que importa es que mis pies ya no están fríos.

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