martes, 16 de febrero de 2010

Evolución


Es un lindo lugar, la verdad que la estoy pasando bien. Verde por todos lados, tranquilidad, se nota que estoy de vacaciones, pero ya me tengo que ir. Me dirijo hacia la salida, porque por mas que el lugar es un lugar abierto, tiene una salida (o entrada, depende de que lado esté uno). Antes de salir tengo que pasar por una dependencia del Ministerio del Interior a hacer unos tramites, si fuera una del ministerio de Defensa aseguraría que estoy en Santa Teresa, pero acá no mandan los milicos, acá mandan los milicos... bueno, es que les decimos milicos a los militares y policías por igual, usando esa palabra es un poco difícil distinguir de quien hablo, pongámoslo de otra forma: acá mandan los de azul, no los de verde... así parece que estoy hablando de tribunas de un programa tipo Gran Prix. Acá mandan los que están al servicio de la sociedad, no los que están al servicio de la ONU para misiones de paz en lugares como por ejemplo Haití (y lo pueden usar)... esta última fue un poco rebuscada, pero creo que ya se entendió la idea, no voy a seguir dando vueltas para decir que acá mandan los milicos, no los milicos.

Salgo del parque símil-Santa Teresa (no pude evitar recordar los espantosos y tan variados productos sabor símil-chocolate que venden en los ómnibus al decir esto, voy al baño a vomitar y vuelvo... ta, ya volví, espero que no se hayan ido y que sigan ahí, se que tres puntos suspensivos son un poco mucho, pero me sentía mal enserio), como decía antes del paréntesis que se hizo largo y seguramente, vómito de por medio, ya se olvidaron de lo que venía antes: salgo del parque símil-Santa Teresa, un ómnibus de excursión está esperando para llevarme a algún destino que aún desconozco. Solo el chofer, mi guía y yo vamos en el bus. Llegamos, es claro que estamos en una especie de facilidad donde se realizan investigaciones científicas, no porque haya visto algo distintivo, sino porque es mi sueño y se que es así. Mi Virgilio científico (es una referencia a la Divina Comedia, ¡inculto!) me acompaña en un recorrido por las instalaciones y me explica que acá se estudia la evolución de las especies. En el acuario del recinto logro ver zorros con caparazón que viven bajo el agua, quedo maravillado con esa imagen, pero Virgilio (que seguramente ese no fuera su nombre pero a mi siempre me gustaron este tipo de referencias) me llama la atención y apuntando con su dedo me pide que mire hacia otro lado. Son humanos, azules y de pelo naranja, pero son humanos, y viven bajo el agua. Son algo así como el resultado de una orgía entre Tabaré Cardozo, la mina del quinto elemento y Aquaman. La evolución llega a cosas increíbles en este lugar, no tengo dudas de eso y no salgo de mi asombro. Ellos me miran y por un momento no queda claro quién de nosotros está en exhibición.

En una televisión cercana veo como el que da las noticias de deportes en el informativo de canal 4 ahora se dedica a dar el estado del tiempo, pero de tan mala forma que el director del noticiero no tiene reparo en insultarlo al aire; y esa fue la señal que yo necesitaba para darme cuenta de que el sueño dejó de ser interesante, es hora de despertar.