domingo, 27 de febrero de 2011

Catedral

Es algo así como una iglesia, pero mas pomposa que la mayoría, me arriesgaría a decir que es una catedral. En lugar del altar hay una piscina larga que comienza donde terminan las filas de bancos y tiene su fin muy atrás, prácticamente se pierde de vista; definitivamente debe ser una iglesia muy grande. Estoy totalmente desnudo, flotando en el agua de la piscina, relajado, creo que soy el Papa, Cardenal, o un Monseñor, no se muy bien qué, pero mi cargo es muy importante.

Salgo del agua, me visto con una bata blanca y subo unas escaleras de piedra que pasan desapercibidas, como si estuvieran escondidas en la pared. Al llegar al extremo superior me encuentro con un living de lo mas común: un cuarto blanco con unos sillones y una mesita, dos puertas en una de las paredes y no mucho más. Poco después de adentrarme en la habitación aparece tras de mí una promotora de ANDA que me ofrece afiliarme, pero le digo que "no, gracias", la evito y me meto en mi cuarto. No se cuanto tiempo pasa, pero salgo y la promotora sigue ahí, esta vez intentando afiliar a mis padres, que también buscan evitarla. Sin prestar mucha atención a la escena bajo las escaleras para volver a la piscina/altar.

Todo es oscuridad, alumbro con mi celular y veo a dos personas sentadas en los bancos delanteros. No se quienes son, me dicen algo que no logro entender. Vuelvo a las escaleras para perderme, pero esta vez desciendo.

Llego a una cueva, ahora visto una armadura, acabo de meterme en una especie de juego. Tallada en una de las paredes de la cueva está la estatua de una guerrera; los (aproximadamente) cuatro metros la hacen bastante intimidante, el hecho de que comienza a moverse la hace demasiado intimidante. Empieza a blandir su espada y ataca lanzando rayos láser desde sus ojos, por suerte tengo mi celular a mano y contraataco utilizándolo en el modo lanzallamas. El fuego parece no tener efecto en ella así que corro hacia la salida de la cueva, llego a un soleado jardín. Tengo que alcanzar la pequeña habitación que se encuentra en el otro rincón, atravieso el patio corriendo por el pasto y antes de llegar un espadazo me hiere el brazo, de todas formas entro a la habitación y me encuentro con la (para nada grata) sorpresa de que, como si de Droopy se tratara, la estatua está ahí adentro. Pongo música en mi celular y la guerrera de piedra comienza a bailar, creo que es el momento oportuno para atacar otra vez así que vuelvo a usar el teléfono como lanzallamas... mala idea, ella se dispone a atacarme nuevamente, intento escapar, es inútil. Game over.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Tritón

Estoy en el trabajo, hace poco empezó a llover torrencialmente y eso por alguna razón impide seguir con las actividades, así que me siento frente a una computadora y comienzo a buscar fotos del Río Uruguay en Google. Una de las imágenes me llama la atención, se trata de un lago confinado entre grandes riscos rocosos; sin ser por la presencia de ese lago el resto del paisaje se ve bastante desértico; escasa vegetación, suelo rojizo y una ruta que pasa cerca de allí es todo lo que se ve mas allá del lago y los riscos. "Esto no es el Río Uruguay" pienso y llamo a un compañero para que confirme mi sospecha:
-No, no es el Río Uruguay. - Responde mi compañero cuando le planteo mi duda.

De repente ahí estoy, el sitio que hasta hace un segundo apreciaba a través de un monitor es ahora mi locación. Se puede ver cierto alboroto a la orilla del lago, hay un montón de vehículos estacionados y gente que apunta hacia el agua. Me acerco al lugar y el motivo del revuelo es evidente, hay un hombre-sirena (habitualmente llamados tritones) nadando y mostrándose frente a los presentes.

Mi punto de vista cambia drásticamente; estoy en las aguas del lago siendo observado por un montón de gente, nadando y mostrándome frente a los presentes. La sensación de libertad que me da el poder nadar a esa velocidad es indescriptible, unos pocos aletazos de mi cola alcanzan para desplazarme metros y metros bajo el agua, pocas veces me sentí tan bien como en ese momento, podría hacerlo por horas... pero no.

Me llevan a un hotel que tiene una especie de estanque acondicionado de forma tal que intenta imitar el lago del cual vengo, pero no se siente ni por casualidad tan bien. Una mujer joven muy atractiva, de pelo rojizo, largo y enrulado, entra al agua conmigo e intenta enseñarme un número de baile acuático que se supone debo hacer con ella en los próximos días para atraer a los turistas. Simulo torpeza y no hago ningún truco bien para no tener que ser parte de ese show.

Frustrada, la muchacha se retira a su habitación y yo salgo tras ella para intentar descansar en un lugar tranquilo. La cola de pez que era mi cuerpo desde la cintura hacia abajo se transforma rápidamente en un par de piernas humanas en el momento que salgo del agua, pero camino con torpeza y caigo sobre una mesa llena de piezas de arte. El dueño del hotel aparece inmediatamente en el lugar y me increpa diciéndome que se dio cuenta que estoy fallando en la coreografía a propósito, aparte de eso piensa que acabo de romper su costosas obras de arte en señal de furia (y no se hasta que punto no tiene razón, porque me sentí muy bien al hacerlo). El hombre enojado me dice:
-Esto solo tiene una solución: prisión colombiana. - Y llama a alguien de seguridad.
Realmente no logro entender de que se trata eso de "prisión colombiana" e intento explicarle al guardia la situación, así que lo llevo hasta la habitación de la pelirroja. Golpeamos la puerta, ella abre y se sienta en el suelo frente a su cama, donde también se encontraba una amiga suya.
-¿Conoce a este hombre? - Le pregunta el guardia.
-No. - Contesta ella con cierto desprecio.
-¡Si me conocés! - Grito descargando la frustración que me provoca el momento.
-Puede ser que lo conozca si. - Dice ahora la pelirroja - Pero de todas formas a vos no te conozco. - Le dice al hombre de seguridad como si no hubiese entendido el papel del uniformado allí.

La situación y la presión me superan en ese instante y salgo corriendo, necesito escapar.

jueves, 10 de febrero de 2011

Chile

Es una habitación bastante grande; el hostal en el que me estoy quedando es una casa antigua, el techo es alto y los ambientes amplios, pero pese a las dimensiones del lugar, el cuarto queda chico ante la cantidad de gente que lo compartimos. Somos unas quince personas, el lugar está tan superpoblado que algunos incluso duermen abajo de las camas o sobre el ropero. La situación, por mas que refleje incomodidad, está lejos de ser tal, todos estamos contentos de estar ahí... creo, ya que no tengo muy claro quienes son los otros, solo logro reconocer a unos pocos amigos que duermen en los colchones que rodean al mío.

El sol cae y hay que apurarse, hay que llegar al evento (que no se realmente que es); como de costumbre todos se retrasan. Salimos en grupo a la estación de metro mas cercana, pero me olvide de mi Bip! así que tengo que comprar una nueva. La cajera me aclara que si es la segunda vez que la saco me sale mas barata:
-Si, ya tengo una pero me la olvide. -Le digo.
-Ok, dame el número de tu otra tarjeta. -Responde.
-No lo se, la deje en Uruguay.
-Bueno, no importa.
Le pago la nueva Bip! con dos mil pesos chilenos y le digo que con el cambio me cargue el saldo de la tarjeta.

Ya subiendonos al metro vemos llegar un grupo de personas vestidos de escolares, que extrañamente en Chile también usan túnica blanca y moña azul. Alguien nos hace saber que se trata de un flashmob y seguimos viaje.

En mitad del recorrido mi cuerpo comienza a flotar, una luz me ilumina y todo al rededor se pone gris. Me doy cuenta de que se trata de un sueño y empiezo a volar sobre mi entorno vacío y monótono... entonces despierto. Estoy en el metro, aun rodeado de los "escolares", y le comento a mi compañera de asiento (que no reconozco):
-Esto es raro, estoy soñando y acabo de tener un sueño dentro del sueño.

...entonces despireto.